Las plantas de cannabis utilizadas para los estudios son cultivadas en la universidad, donde forman parte de la investigación tanto docentes e investigadores como también estudiantes y pasantes.
En diversos lugares del mundo el cultivo y el uso de los componentes de la planta de cannabis ya están legislados y su utilización con fines medicinales viene en crecimiento, ya que cada vez existe más evidencia científica para respaldar sus efectos. En este contexto, y ya habiéndose superado ciertos tabúes, las investigaciones sobre las aplicaciones terapéuticas y las propiedades de la planta que podrían ayudar en el campo de la salud cobran cada vez más fuerza.
Dentro del campo de la fitoterapia, que se centra en la posibilidad de aliviar o curar enfermedades y síntomas mediante la utilización de plantas medicinales, los estudios llevados con rigor científico buscan establecer los alcances y limitaciones de los componentes que se pueden obtener del cannabis.
Una clase de compuestos orgánicos que posee la planta son los denominados fitocannabinoides, capaces de activar principalmente a los receptores CB1 y CB2, que impactan sobre todo en el sistema nervioso, digestivo y endocrino, entre otros. Entre los compuestos principales está el cannabidiol (CBD), sobre el cual se centran gran parte de los estudios.
Las investigaciones llevadas acabo en La Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) involucran a docentes e investigadores de renombre, pero también a alumnos y pasantes que comienzan a dar sus primeros pasos en el desarrollo científico. Los trabajos se llevan a cabo en el LABYM (Laboratorio de Aplicaciones Biotecnológicas y Microbiología) dirigido por el biotecnólogo e investigador del CONICET, Paulo Maffia.
Asimismo, las plantas de cannabis sativa utilizadas para los estudios se cultivan y crecen en la universidad, a cargo del equipo de docentes y estudiantes de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo, dirigido por Clara Cerrotta y en coordinación con las áreas del LABYM. La Lic. Cerrota remarcó la relevancia del cuidado de las plantas, tanto de la siembra, preparación de sustratos, riego y control de plagas y enfermedades, tareas que realiza su equipo, llevando además un control diario para garantizar que la producción sea de calidad y permita obtener resultados.
Por su parte, el director Maffia explicó que el proyecto que se está llevando a cabo se centra en “el desarrollo y la investigación de moléculas antiinfecciosas dentro de las cuales están, por un lado, péptidos antimicrobianos y también cannabinoides no psicotrópicos con uso como moléculas antiinfecciosas como antimicrobianos o anti bactericidas”.
Esto quiere decir que se están analizando vías alternativas, como el uso de CBD, que sirvan para ayudar a combatir virus y bacterias de una manera mas efectiva, brindando nuevas opciones a los antibióticos habituales que cada vez están siendo menos efectivos frente a la resistencia que han desarrollado los microorganismos.
Mediante la utilización de los componentes que se extraen de la planta de cannabis se está buscando moléculas que puedan hacer frente a bacterias que son resistentes a los antibióticos usuales, estudiando compuestos que puedan combatir enfermedades intrahospitalarias, que tienen un grado de resistencia muy alto ya que sobreviven a ambientes hospitalarios, lugares altamente esterilizados. También se está analizando como generar productos de aplicación tópica, tales como ungüentos y cremas, con efectos anti inflamatorios y cicatrizantes, que podrían ser de gran utilidad frente a heridas de quemaduras o ulcerosas.
Todo esto es llevado a cabo con el máximo de profesionalidad, cumpliendo con los más altos estándares de seguridad que garanticen que el estudio no sea contaminado y alcance resultados óptimos.