La provincia de Buenos Aires ha implementado el desdoblamiento de sus elecciones, una estrategia que separa los comicios provinciales de los nacionales. Esta decisión implica que los bonaerenses votarán en fechas distintas para elegir gobernador, legisladores provinciales e intendentes, diferenciándose del calendario electoral para la presidencia y el Congreso de la Nación. El gobernador Axel Kicillof ha defendido esta medida argumentando que permite centrar la atención en los problemas y propuestas específicas de la provincia, promoviendo un debate más profundo sobre los asuntos locales sin la influencia directa de la dinámica política nacional.
La administración de Kicillof busca, a través de este desdoblamiento, fortalecer la discusión sobre la gestión provincial y las plataformas de los candidatos bonaerenses. Al separar las elecciones, se evita que la agenda nacional y las figuras presidenciales eclipsen las problemáticas y los liderazgos locales. Esta estrategia también podría interpretarse como un intento de la fuerza gobernante de resguardar su base de apoyo y evitar el impacto de posibles fluctuaciones en la popularidad del gobierno nacional al momento de la votación.
Si bien el desdoblamiento ofrece la oportunidad de un debate más enfocado en la provincia, también genera interrogantes sobre la participación ciudadana en dos instancias electorales separadas y los costos logísticos que implica esta medida. La oposición ha expresado diversas opiniones al respecto, analizando el potencial impacto en la movilización del electorado y en la configuración del mapa político bonaerense en este nuevo escenario electoral impulsado por la gestión de Axel Kicillof.