Donde dobla el mar y se esconde el sol, en el sur de la Provincia de Buenos Aires, emerge entre bosques, médanos y unas playas amplísimas, el balneario Arenas Verdes, también conocido como las playas de Lobería, localidad a la que pertenece.
A una hora de auto desde Miramar hacia el sur y apenas a unos 15 kilómetros antes de Necochea se llega, a través de la Ruta Provincial 88, a la playa que hasta hace 2 décadas contaba solo con La Fonda Guillermina, un buen lugar para comer, y el puesto de policía. Calles anchas de arena entre pinos y vegetación es la fotografía de un lugar atravesado por la tranquilidad y el viento de la costa atlántica característica de esos pagos.
“Arenas Verdes es un lugar muy agreste, es campo, es mar, bosque, médanos vivos y playas solitarias. Es un lugar paradisíaco”, relató Daniel Goitía, arquitecto y dueño de las cabañas Morada de mar (https://www.instagram.com/moradas_de_mar/).
Daniel vivió toda su vida en la gran ciudad de Buenos Aires, cerca del ruido, del smog, del stress porteño y del Obelisco. Pero luego de un viaje a Arraial d’Ajuda, en el norte de Brasil, volvió y ya no pudo quedarse más en el centro neurálgico del país. “No podía congeniar con Buenos Aires así que me fui a Chapadmalal y de repente un día me crucé de casualidad con Arenas Verdes. Llegué y dije ´este es mi lugar´.”, expresó.
En las playas de Lobería, que acaba de cumplir 69 años de existencia, se pueden hacer diversas actividades durante el verano: andar en bicicleta, practicar sandboard, es ideal también para el kitesurf, caminar por los médanos, por la costa y hacer avistaje de aves. También se puede hacer surf, tanto en temporada como ya entrado el frío del otoño o los días frescos de primavera. Es un gran lugar para los amantes de las olas debido a su gran altura.
“Arenas Verdes, representa un gran desafío ante algo que está naciendo con mucho futuro y energía pero que debemos cuidar y guiar para que el lugar sea verdaderamente un destino turístico sostenible, que reciba turistas y que genere inversiones para segundas residencias y pobladores estables”, reveló sus objetivos como encargada de la Oficina de Turismo de Lobería (https://www.instagram.com/turismoloberia/), Augusta Lahore.
En materia de alojamiento hay unos 11 complejos entre dormis y cabañas sobre la misma playa, departamentos frente al mar, cabañas y casas en el bosque, viviendas container y duplex. Para los osados, los que prefieren dormir aún más cerca de la arena, el lugar cuenta con dos camping que entre ambos pueden recibir hasta 800 personas .
“Recientemente ha sido declarado por la legislatura provincial como Paisaje de Interés Protegido y eso nos motiva y obliga a trabajar mucho más considerando y priorizando lo ambiental en todas nuestras decisiones. Estamos seguros que buscamos ese turismo que comprenda y que sea parte también de ese cuidado”, relató Augusta.
El lugar tiene la particularidad de tener muchos turistas que van a pasar el día, ya sea desde Lobería, que está a unos 50 kilómetros, o de playas aledañas como Necochea, Miramar o Mar del Plata.
Para ese turismo diario o para el que va pasar unos días, a nivel de gastronomía, además de La Guillermina, conviven dos paradores con vista al mar. Mientras que en la zona del bosque hay bares y 4 proveedurías.
Cuando baja la espuma, los turistas vuelven a sus hogares y el frío empieza a asomar, en el lugar viven 30 personas de forma permanente. La tranquilidad con la que se transita en este paraje bonaerense, ya sea en verano o en invierno, hace que uno se sienta fuera del mapa. Daniel cerró el encuentro que mantuvo con Informate Buenos Aires con una sentencia: “Arenas Verdes es mi lugar en el mundo, es el agujero del mate (ríe). Encontré la combinación exacta de lo que estaba buscando. Sobre todo vivir en la tranquilidad y en la naturaleza”.
Por Diego Bersusky