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Fuertes controles en trenes, subtes y accesos a la Ciudad con alto flujo de personas circulando

Los controles en los ingresos a la Ciudad de Buenos Aires y en las autopistas del AMBA comenzaron en el primer minuto de hoy y se extendieron hasta las 6, pero desde la madrugada se trasladaron a las estaciones de trenes y subtes, donde personal de seguridad verificó que los pasajeros tuvieran actualizados los permisos de circulación ante un flujo de usuarios similar al de los días previos, mientras se observaron filas en las terminales de colectivos de Liniers, Once y Constitución.

A la medianoche, en las calles de acceso a la Ciudad de Buenos Aires y en los peajes de las distintas autopistas del Área Metropolitana e Buenos Aires (AMBA) comenzaron a controlar los permisos de circulación y el cumplimiento de la prohibición de circular hasta las 6 de la mañana, salvo para el personal esencial, docentes, alumnos y sus acompañantes.

Lo mismo sucedió desde la madrugada con el transporte público de pasajeros, que solo puede ser utilizado por los trabajadores considerados esenciales luego de que comenzaran a regir, a partir de la medianoche, las nuevas medidas restrictivas dispuestas para mitigar la segunda ola de coronavirus.

Constitución
En la estación ferroviaria porteña de Constitución algunas pocas personas no contaban esta mañana con la habilitación para circular y el personal policial que controlaba a la marea de pasajeros que salían o ingresaban a los trenes advertía sobre la situación.

«Usted no está habilitada como esencial, según la disposición oficial, hoy la dejo pasar pero tiene que tramitarla o no va a poder circular», avisó a una mujer uno de los oficiales que se encontraba en la entrada de la calle Lima.

En tanto, trabajadores de seguridad privada permanecían en el hall de la estación para orientar a los pasajeros por dónde circular o como mantener las distancias, al igual que trabajadores de limpieza, quienes higienizaban con desinfectantes los molinetes.

Rubén Giménez, quien trabaja en un estacionamiento y viajaba a ver a su hijo a Claypole, esperaba junto a algunas personas en una parada de colectivo a la salida de la estación ferroviaria de Constitución.

Constitución
En la estación ferroviaria porteña de Constitución algunas pocas personas no contaban esta mañana con la habilitación para circular y el personal policial que controlaba a la marea de pasajeros que salían o ingresaban a los trenes advertía sobre la situación.

«Usted no está habilitada como esencial, según la disposición oficial, hoy la dejo pasar pero tiene que tramitarla o no va a poder circular», avisó a una mujer uno de los oficiales que se encontraba en la entrada de la calle Lima.

En tanto, trabajadores de seguridad privada permanecían en el hall de la estación para orientar a los pasajeros por dónde circular o como mantener las distancias, al igual que trabajadores de limpieza, quienes higienizaban con desinfectantes los molinetes.

Rubén Giménez, quien trabaja en un estacionamiento y viajaba a ver a su hijo a Claypole, esperaba junto a algunas personas en una parada de colectivo a la salida de la estación ferroviaria de Constitución.

Estaciones ferroviarias
En tanto, en algunas estaciones como Morón, Merlo o Constitución se observaban en la mañana del viernes algunas colas y demoras por el control que realizan fuerzas federales, como Policía Federal y de Gendarmería Nacional, que verificaban la condición de trabajadores esenciales y la autorizados para el uso del transporte público.

Manuel, un trabajador de la estación de Once, contó a Télam que «hay menos gente que ayer», al tiempo que Rosa Galván, una vecina de Balvanera de 50 años y enfermera del hospital Español, afirmó que «si bien voy y vengo caminando, pasé por la estación y vi muchos controles».

Galván comentó estar afligida por la situación de «mucha gente que trabaja en negro, que no son esenciales, y no pueden moverse» y dijo que «es una situación que tienen que resolver».

Abigail Suárez, de 29 años, quien vive en el barrio porteño de Montserrat y es personal de limpieza de la clínica privada Suizo Argentina, se dirigía hacia la localidad bonaerense de Berazategui para dejar a su hijo pequeño al cuidado de su madre.

«Hoy hay controles, pero ayer esto era un desastre, no limpiaban como hoy», dijo Suárez, quien remarcó que veía «la misma cantidad de gente habitual» y dijo que «en el subte van todos pegados».

Estaciones ferroviarias
En tanto, en algunas estaciones como Morón, Merlo o Constitución se observaban en la mañana del viernes algunas colas y demoras por el control que realizan fuerzas federales, como Policía Federal y de Gendarmería Nacional, que verificaban la condición de trabajadores esenciales y la autorizados para el uso del transporte público.

Manuel, un trabajador de la estación de Once, contó a Télam que «hay menos gente que ayer», al tiempo que Rosa Galván, una vecina de Balvanera de 50 años y enfermera del hospital Español, afirmó que «si bien voy y vengo caminando, pasé por la estación y vi muchos controles».

Galván comentó estar afligida por la situación de «mucha gente que trabaja en negro, que no son esenciales, y no pueden moverse» y dijo que «es una situación que tienen que resolver».

Abigail Suárez, de 29 años, quien vive en el barrio porteño de Montserrat y es personal de limpieza de la clínica privada Suizo Argentina, se dirigía hacia la localidad bonaerense de Berazategui para dejar a su hijo pequeño al cuidado de su madre.

«Hoy hay controles, pero ayer esto era un desastre, no limpiaban como hoy», dijo Suárez, quien remarcó que veía «la misma cantidad de gente habitual» y dijo que «en el subte van todos pegados».

Estaciones ferroviarias
En tanto, en algunas estaciones como Morón, Merlo o Constitución se observaban en la mañana del viernes algunas colas y demoras por el control que realizan fuerzas federales, como Policía Federal y de Gendarmería Nacional, que verificaban la condición de trabajadores esenciales y la autorizados para el uso del transporte público.

Manuel, un trabajador de la estación de Once, contó a Télam que «hay menos gente que ayer», al tiempo que Rosa Galván, una vecina de Balvanera de 50 años y enfermera del hospital Español, afirmó que «si bien voy y vengo caminando, pasé por la estación y vi muchos controles».

Galván comentó estar afligida por la situación de «mucha gente que trabaja en negro, que no son esenciales, y no pueden moverse» y dijo que «es una situación que tienen que resolver».

Abigail Suárez, de 29 años, quien vive en el barrio porteño de Montserrat y es personal de limpieza de la clínica privada Suizo Argentina, se dirigía hacia la localidad bonaerense de Berazategui para dejar a su hijo pequeño al cuidado de su madre.

La intensificación de los controles estará vigente durante las próximas tres semanas, según lo dispuso el gobierno nacional, para avanzar con la campaña de vacunación que comenzó en diciembre pasado.

El objetivo es alcanzar a completar la vacunación de la mayor cantidad de personas de los grupos de riesgo, frente al avance de la segunda ola de coronavirus.

Redacción

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